En el Día Mundial del Teatro

En el Día Mundial del Teatro

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Desde un tiempo para acá, es imposible no recordar, reconocer y rememorar que hace 4 años por estas fechas, todos los teatros de México y el mundo cerraron. Y si bien es cierto que siempre estamos conscientes de la fragilidad y de la precariedad del quehacer teatral,
es en este día cuando tomamos mucho más conciencia y luz sobre los quehaceres en los que nos dedicamos al teatro somos protagonistas.

También es bien cierto que aún no regresamos a los niveles de audiencia, producciones y remuneración en taquilla que tuvimos.        Y es que el teatro es finito y frágil. En tanto que cualquier producto que venda y genere puede aperturar más anaqueles y aumentar la
producción, el teatro se reduce al número de butacas que puedan venderse y la obra, que depende del quehacer humano, no puede replicarse en serie con las mismas características, pues aún siendo la misma, cada vez que sucede es distinta y de ahí su valía.

Sirva este escrito pues, para reconocer, rememorar y abrazar a todos los que hacen posible el teatro, a quienes vemos en el escenario: ejecutantes de diversas disciplinas sobre tablas cuya profesión suele ser demeritada, cuando el arte y la disciplina tiene que ver con el trabajo diario, la observación, el mantenimiento arduo del instrumento de trabajo, y el conocimiento universal que implica estudio constante para representar la vida misma en el escenario con todos sus claroscuros.

Va por todos y todas, actrices, actores, cantantes, bailarines, bailarinas y ejecutantes de instrumentos musicales, por su capacidad de seguir adelante a pesar del continuo rechazo en audiciones y del poco valor que la sociedad da a su profesión.

Este reconocimiento es también, para y por todas y todos.  Directores de Escena. Por las mujeres y hombres trans que hoy ocupan un lugar en los escenarios sin miedo a estar en ellos.

Sirvan estas letras para reconocer a todos las y los creativos, dramaturgos, diseñadores, escenógrafos, iluminadores, vestuaristas y realizadores. Todo nuestro reconocimiento y gratitud a los asistentes de vestuario, de peluquería, de maquillaje y de producción.

A todas las personas que cuidan a otras personas detrás de la escena.
A todos los productores ejecutivos y coordinadores de producción.

A todos los integrantes de las plantillas técnicas. A todo el personal de atención a público, acomodadores y empleados de puerta y taquilla,
tan fundamentales en la relación con el público.

A todos los que trabajan y salvaguardan la seguridad de un teatro.
A todo el personal que afana, limpian y barren lo teatros al terminar la función. Y sobretodo, por ser nuestro caso, a todos los productores, empresarios de teatro, que invierten sus recursos en la tarea escénica, que generan empleos a largo plazo, que salen a vender boletos de mil y un maneras para que el espectáculo continúe, se mantenga y crezca.

Porque que el teatro siendo, infinito, es a la vez finito y frágil. No desfallezcan, siempre hay manera de salir adelante.

¡Sigamos celebrando al, por, para, desde, el teatro!

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