El aprendizaje de idiomas un ingrediente esencial en la formación gastronómica

En las cocinas profesionales del mundo contemporáneo, la comunicación se ha convertido en un ingrediente tan esencial como la técnica o el talento. Y detrás de esa revolución lingüística que hoy conecta sabores, culturas y personas, destaca el nombre de Jeannine Moret, una mujer que lleva más de 15 años impulsando el aprendizaje de idiomas como una herramienta clave para el crecimiento profesional de los futuros chefs mexicanos.
Desde su posición como Coordinadora de Idiomas a través de la Gastronomía en Aspic Instituto Gastronómico, Moret ha liderado un proyecto educativo pionero en México: integrar el inglés y el francés en la formación culinaria, no como materias aisladas, sino como lenguas vivas que se aprenden entre recetas, técnicas y tradiciones gastronómicas del mundo.
“La cocina va más allá de ser un lugar de creación; es un entorno de alta presión donde la claridad, el respeto y la integración son esenciales. Cuando la comunicación fluye, se refleja en la armonía del equipo y en la calidad del platillo que llega al comensal”, explica Moret, convencida de que el idioma también se cocina, se practica y se saborea.
Más de una década formando chefs globales
La trayectoria de Jeannine Moret en ASPIC se distingue por su visión global y su enfoque humanista. Fue una de las primeras profesionales en comprender que, en una industria cada vez más internacional, dominar un segundo idioma ya no es un lujo, sino una necesidad profesional.
“Hablar inglés o francés abre puertas a concursos, congresos, prácticas y experiencias de intercambio que transforman la carrera de un chef. La gastronomía no tiene fronteras; los idiomas son el pasaporte para vivirla plenamente”, afirma.
Bajo su liderazgo, ASPIC ha diseñado programas únicos que combinan vocabulario técnico, ejercicios interactivos, referencias culturales y fragmentos de la historia gastronómica mundial. Los estudiantes aprenden los idiomas de forma práctica, mientras preparan platillos, leen recetas originales o analizan menús en sus lenguas de origen.

Jeannine Moret
pionera en la formación de la enseñanza de los idiomas en la gastronomía mexicana
Una visión que unió cultura, comunicación y cocina
Jeannine Moret impulsó el primer programa de enseñanza de idiomas a través de la gastronomía en México, anticipándose a las necesidades del sector. En sus aulas, el inglés se consolida como el idioma universal de las cocinas profesionales, mientras que el francés sigue siendo la lengua de la alta cocina y del refinamiento culinario.
“Fuimos los primeros en desarrollar estos programas porque creímos que un chef necesita comprender tanto la técnica como la cultura detrás de cada platillo. Cocinar es también comunicar y conectar”, detalla Moret.
Su propuesta ha inspirado a cientos de estudiantes y chefs a explorar el mundo con una nueva mirada: la de la diversidad cultural como motor de innovación. En las cocinas multiculturales de hoy, la empatía, la escucha activa y la sensibilidad intercultural son tan importantes como la destreza con los cuchillos.
El idioma como puente en la cocina global
Las barreras lingüísticas pueden generar malentendidos, errores o tensiones dentro de las brigadas internacionales. Por ello, Moret ha enfatizado que la formación en idiomas debe ir acompañada de habilidades blandas, como la comunicación asertiva y la comprensión de diferentes estilos culturales de trabajo.
ASPIC, bajo su guía, ha apostado por una educación integral que une técnica, cultura y humanidad para formar profesionales capaces no solo de cocinar con excelencia, también de liderar equipos diversos, adaptarse a distintos entornos y representar la gastronomía mexicana con orgullo y preparación en cualquier parte del mundo.
Una historia que inspira
La labor de Jeannine Moret demuestra que enseñar idiomas también implica transmitir empatía, cultura y liderazgo. Su compromiso con la formación de nuevas generaciones de chefs bilingües y biculturales ha posicionado a aspic.edu.mx como una institución pionera y visionaria.
En un mundo donde la gastronomía se ha vuelto global, su trabajo recuerda que los idiomas no solo abren puertas: unen culturas, fortalecen equipos y transforman la manera en que el mundo se comunica a través del sabor.
